El Extintor

El extintor, una herramienta de seguridad

Más que una norma, es una herramienta que puede salvarle la vida. Por esa razón hay que cerciorarse de comprarlo y recargarlo en un buen lugar.

Su tamaño debe ser el indicado por la autoridad o en el manual del carro, pues se basan en estudios que aseguran que ese tamaño es suficiente de acuerdo con el del carro. No lo compre solo pensando en que le quepa en el maletín de herramientas, pues no debe estar ahí y puede ser muy pequeño.

Llévelo siempre en el lugar adecuado, es decir, debajo del asiento del pasajero o copiloto, que es donde está al alcance y es fácil de sacar.

Para usarlo quite el sello girando la llave, con cuidado. Lo más cerca que pueda del fuego, dispárelo con una inclinación de 45 grados sobre la base del fuego, haciendo un barrido horizontal. No dispare el polvo muy arriba de las llamas, pues no será efectivo.

Qué debe saber sobre la recarga

Un extintor se compone de un polvo químico seco. Su llenado es, por lo general, 80 por ciento de polvo y 20 por ciento de nitrógeno, a 120 libras de presión, que comprime el polvo y le permite salir por un tubo plástico situado en el centro del recipiente y conectado a la válvula.

Para saber si el extintor y todos sus componentes están bien debe recargarse: no porque sus componentes estén en mal estado, sino para asegurarse de que esté lleno del polvo y que no haya perdido nitrógeno ni presión.

Por ley y seguridad, el extintor debe ser recargado cada año, operación simple y fácil de hacer que no requiere mucho tiempo, pero sí de los materiales adecuados que solo se consiguen en centros especializados.